A lo largo del Diario de a bordo describe no solo las peripecias que le tocó vivir
previo a su llegada a las Américas y cómo para mantener la moral de sus
tripulantes muchas veces mintió con respecto a las condiciones del viaje y a
las esperanzas de llegar a tierra. Esta desesperación por el éxito de su
empresa también se puede observar en la descripción que hace tanto del nuevo
mundo conocido como de sus habitantes.
Cristobal
Colón enfrenta estos dos mundos que se tornan en uno solo. La contraposición
reflejada en el diario no corresponde tanto a un maniqueísmo que deba
entenderse como la oposición entre la maldad bárbara y la bondad civilizadora,
tampoco se trata tanto de un retrato específico local que deba leerse en clave
política de época. En realidad, se trata de dos caras que conforman la
identidad de nuestro continente; que no son contradictorias, sino que de una
manera u otra coexisten, se entremezclan, y tienden a una conciliación, como se
puede leer a lo largo del argumento del diario de Colón. Esta conciliación se
construye a partir de la imagen que construye del otro a partir de diferentes
técnicas descriptivas como son la descripción simple, la semejanza y el
silencio o la afasia (Acevedo 19)
La
obra presenta un escenario en que vienen a mezclarse dos mundos, la naturaleza
desbordante que de cierta forma condiciona a sus habitantes y la naturaleza y
calma de los colonizadores. El espacio físico
que se presenta en la obra cobra especial importancia al igual que en novelas posteriores, como Doña Bárbara, que tratan el tema del
indio y cómo afectó el proceso colonizador en la visión de sí mismos y la
construcción del otro. “El paisaje se libera de lo puramente ornamental y
descriptivo y cobra un valor primordial de sorprendente intensidad y riqueza
poética... todo un mundo primitivo y salvaje de dimensiones míticas” (Karsen
20), es a través de la exuberancia de la selva o los yermos parajes que los
otros se van configurando con características propias del escenario en que se
mueven.
Colón
no presenta al otro por oposición, como muchas veces se ha presentado en la
literatura a lo desconocido, sino que lo asimila a lo ya conocido, dotando
incluso a los aborígenes de características europeas, como es la posibilidad de
convertirse a la religión católica y lo prestas que están para ser colonizados.
Esto se puede considerar como un rasgo distintivo de la escritura colombina, el
otro se encuentra homologado a lo conocido, a través de descripciones simples, no
se ensalzan sus virtudes para engrandecer las hazañas de los conquistadores,
sino que más bien se presenta un pueblo diáfano y sin problemas de asimilar la
cultura de los recién llegados.
Esto
también se puede entender como método de propaganda. Colón había conseguido con
gran dificultad que se financiara su empresa de conquista y necesitaba de más
ayuda para la colonización del pueblo recién descubierto, por esto debía
construir a través de sus escritos a los reyes, la posibilidad de poder
convertir a la fe católica a los aborígenes como también una tierra que puede
ser dominada y explotada en sus riquezas. Si a través de su escritura no
construye un escenario favorable, sería muy difícil conseguir más ayuda para su
empresa de conquista. Podemos ver como el ejercicio de la escritura se vuelve
un ejercicio de construir realidad, la realidad ya no es lo que tenemos en
frente sino lo que podemos decir de ella.
El
paisaje es más que la descripción acuciosa de un escenario, sino más bien
describe la personalidad de sus habitantes, lo encontramos cuando plantea como
es la naturaleza y como esta es inefable
“Y vi muchos árboles muy disformes de los
nuestros, y de ellos muchos que tenían los ramos de muchas maneras y todo en un
pie, y un ramito es de una manera y de otro de otra, y tan disforme que es la mayor maravilla del mundo cuánta es la
diversidad de una manera a la otra” (Colón, diario
de abordo)
La exuberancia de esa naturaleza no
es solo una muestra de lo nuevo y desconocido que resultaba América, también lo
podemos asemejar al pueblo que habita y ha dominado esa naturaleza previo a la
llegada de Colón, de cierta manera al expresar lo inabarcable que es el nuevo
espacio físico y las maravillas que este presenta, también esta construyendo un
indígena que ha sido capaz de dominar y convivir de manera armónica con ella,
lo maravilloso no es solo esa naturaleza que se presenta sino que también los
sujetos que en ella viven.
La
disformidad, lo desconocido de la naturaleza también se refleja en el miedo que
se deja entrever cuando se relaciona con el índigena, a pesar de construirlo
como alguien con quién comparte características esenciales, como es la
posibilidad de la fe, también reconoce diferencias entre ellos y que pueden
presentarse como alguien desconocido y peligroso:
y todos de muy singularísimo trato amoroso y
habla dulce, no como los otros que parece cuando hablan que amenazan (Colón, diario de abordo)
a
partir de esta cita podemos ver que no presenta a todos los aborígenes de igual
manera, a pesar que trata de presentarlos como personas amables, hay algunos
que se les presentan como desconocidos e inabarcables al igual que la
naturaleza que los rodea. Podemos observar como el lenguaje se vuelve vehículo
de conocimientos, el cómo hablan es lo que los vuelve amenazantes, desde el
momento que pueden comunicarse, el otro se vuelve menos peligroso y más
cercano.
La
descripción del lugar físico también hace referencia a la personalidad
tranquila y apacible con las que primeramente caracteriza a los aborígenes:
En este tiempo anduve así por aquellos árboles,
que era la cosa más hermosa de ver que otra se haya visto, viendo tanta verdura
en tanto grado como en el mes de mayo en el Andalucía (Colón, diario de abordo)
Vemos
como Colón utiliza la misma técnica para describir el paisaje como a los
habitantes de este, a través de similitudes con lo ya conocido describe la
nueva realidad anulando así lo novedoso por lo conocido, ya no se permite el
conocimiento de lo nuevo sino más bien de lo antiguo.
La
civilización es siempre concebida a lo largo de la lectura como la esperanza de
futuro. Tratan de acercar el mundo bárbaro a la civilización a través de
repetir y dotar de características europeas al pueblo que vienen recién
conociendo. Otorgándole características europeizantes, también construye una
realidad más próspera y posible de ser conquistada, si los indígenas se
muestran proclives a la fe y no poseen sectas, comentario que se repite
constantemente a lo largo del diario, de cierta manera se vuelven más uno y
menos un desconocido.
Hay
que tener en cuenta que la descripción del indio por medio del diario permite
una visión subjetiva de la realidad no conocida, visión muchas veces mediada no
sólo por la subjetividad de Colón sino que también con los fines políticos que
este persigue. Cómo construye al otro se basa también en cómo desea que el otro
sea, no hay visión objetiva de la realidad sino que mediada por fines
personales.
El
indígena también se construye como fuente de bienes materiales y económicos,
cobran relevancia a medida que den a conocer los lugares de donde obtener oro y
sean fuentes de un intercambio de bienes
Por
parte de los indígenas, hay que destacar que no es una visión de indígenas sin
moral, llenos de maldad y salvajismo. Sino que se describen y potencian siempre
características que los acercan a lo civilizado.
Crean vuestras altezas que en el mundo todo no
puede haber mejor gente, ni más
mansa. Deben tomar Vuestras Altezas grande alegría porque luego los harán
cristianos y los habrán enseñado en buenas costumbres de sus reinos, que más
mejor gente ni tierra puede ser (…)(Colón, diario
de abordo)
Aquí se
ve como de cierta manera se despersonaliza al otro objetivándolo, son mejor
gente en la medida que no sigan sus tradiciones y dejen de ser lo que han sido
previo a la llegada de Colón, es decir, los indígenas cobran valor a medida que
se van acercando más a lo que Colón
espera que sean y describe de ellos y alejándose de sus raíces primitivas.
La
descripción del otro en el diario a bordo
de Colón, se construye a partir de la asimilación de los desconocido con la
realidad ya conocida, utiliza constantemente descripciones en que se basa en su
experiencia anterior con la naturaleza de España o construye a los indígenas
por homologación, son personas prestas a la fe, sin sectas y que estarían
dispuestas a servir a los Reyes Católicos, de cierta manera despersonaliza a
los sujetos que viene conociendo para volverlos objetos de la corona española.
Los indígenes se presentan como fuente de riqueza y posibilidad de hacer crecer
la población que está en manos de los reyes.
Por
lo tanto, la construcción del otro especialmente del indígena se logra a través
de la descripción del ambiente físico en el que este se mueve más la
despersonalización a través de la entrega de características propias de la
gente de España que solo hace perder las particularidades de estos indios para
homologarlos a lo ya conocido y de esta manera hacer una propaganda positiva de
la empresa de conquista colombina.
Bibliografía
Acevedo, F (1992) De semejanzas, disformidades y excesos en
el diario: procedimientos de la representación. Estudios hispánicos (19) pp. 19-34
Bermúdez, Manuel (coordin.). Doña Bárbara ante la crítica. Caracas: Monte Avila,
1991.
Colón
(sf) Diario
de a bordo del primer viaje de Cristobal Colón. Obtenido
de: http://es.wikisource.org/wiki/Diario_de_a_bordo_del_primer_viaje_de_Cristóbal_Colón:_texto_completo
Revisado: 5 de abril 2014.