martes, 30 de abril de 2013

Comentario - "Mal de amores", Ángeles Mastretta

Esta entrada la tenía preparada para el día 23 de abril cuando en Chile se celebra el día del libro, pero por diferentes motivos no alcancé a publicarla.

Mal de amores es un libro que me marcó, copié tantas párrafos, citas y capítulos en mis cuadernos de lectura, que no sé si lo reescribí entero... hice trabajos para la universidad comparando la visión de amor presente en el libro y cuánto de la visión medieval se deja ver en la historia a partir del título. Pero no fue su calidad literaria la que me atrapó, fue esa sensación única que entregan los libros de saber que alguien más ya sintió lo que tú sentiste la posibilidad de vivir tu vida y la vida de otros nuevamente, la magia de pensar que quizás pudiste solucionar tu vida de esa manera o que si estás en medio del caos quizás se solucione al igual como se solucionó en el libro.

Los libros me salvaron la vida y quizás suena exagerado, pero siempre, los peores momentos han estado acompañados de historias y personajes que me han llenado de esperanza. 
Este libro lo leí a los 16 años, esa edad en que se sienten las penas de amor como una enfermedad que te está condenando a muerte e hipotecando la vida. Después he vuelto a tener tristezas y desilusiones más grandes, pero quizás nunca me había sentido tan sola y sin saber qué hacer como en ese entonces y este párrafo refleja a grandes rasgos esa sensación de tristeza profunda que sentí que me carcomió por dentro tanto tiempo:

"Entonces él tenía su determinación tan bien tomada que a las cinco de la tarde no pasó por la casa de la señorita Lynch. Las promesas de amor eterno, la ilusión de una casa discreta para ella sola donde él pudiera visitarla sin sobresaltos, la felicidad sin prisa hasta la muerte, todo cuanto él había prometido en las llamaradas del amor quedó cancelado por siempre jamás. Lo último que la señorita Lynch tuvo de él fue una diadema de esmeraldas que el cochero le entregó sin comentarios, sin un recado, sin una nota escrita, y dentro de una cajita envuelta con papel de farmacia para que el mismo cochero la creyera una medicina de urgencia. No volvió a verla ni por casualidad en el resto de su vida, y sólo Dios supo cuánto dolor le costó esta resolución heroica, y cuántas lágrimas de hiel tuvo que derramar encerrado en el retrete para sobrevivir a su desastre íntimo. A las cinco, en vez de ir con ella, hizo ante su confesor un acto de contrición profunda, y el domingo siguiente comulgó con el corazón hecho pedazos, pero con el alma tranquila."


¿Qué libros sin importar la calidad literaria que a este le atribuyan ha marcado un período de sus vidas?

sábado, 13 de abril de 2013

Reseña: La estepa infinita - Esther Hautzing


Esta reseña la hice hace un tiempo para: Lo que leímos , ¡visítenla está llena de reseñas!

[…]Paseando con la abuela por aquel pueblo inhóspito, tenía la sensación de caminar por un mundo irreal, desmantelado y deshabitado […]


Es la primera novela que leo de Hautzig, autora nominada al National Book Award en 1969 y finalista del Jewish Book Award, en 1993, con su novela Riches. Sin tener mayor conocimiento acerca de ella ni de la obra, decidí leerla luego del comentario de una amiga: “Es una novela sobre el dolor pero en positivo”. Muchas veces dolor y positivo no pueden ir en una misma frase sin provocar cierta incredulidad. 

La autobiografía de Esther Hautzing no es simplemente una novela acerca del exilio polaco a Siberia ni una historia de una niña que mira con estupor cómo su mundo se derrumba, sino que es verdaderamente la historia de cómo enfrentar los propios miedos, deshacerse del orgullo, llenarse de esperanza y hacerle frente al dolor, y sí, de una manera positiva. Novela narrada en primera persona por Esther, una niña de 12 años que a través de sus ojos inocentes y sus caprichos va revelando cómo finalmente, la libertad es algo inalienable. 

El dolor en la novela de Hautzing no agobia, la dureza de los soldados alemanes y el odio que se incuba en los polacos por los malos tratos y la alegría que representa ver a sus captores bajo el poder de Rusia se suaviza por la insistencia de una niña de rearmar un mundo que le parece irreal, pero conserva sus pilares: la fe y la familia. A diferencia de otros libros sobre el holocausto y la segunda guerra contados por niños (“El niño del pijama a Rayas”, “El diario de Ana Frank”), la visión de Esther no es una ingenua, aunque no entiende los motivos reales de por qué está deportada, sí logra entrever los dolores de la guerra, la cercanía de la muerte y la pérdida de sus seguridades, tanto económicas como las de cualquier niña: sus amistades, las clases, sus vestidos, sus fotografías y el pasado que deja atrás cuando sube a un tren en que siente poco a poco como va perdiendo el trato de persona y pasa a ser un simple ganado. Pero cuando llega a la estepa siberiana, lejos de rebelarse y de evadir la realidad, comienza a construir su mundo a partir de lo que tiene, una especie de lavatorio, un camarada al que hay que obedecer y una cama que le da seguridad porque comparte con su abuela, su madre y su padre y al frente se encuentran sus vecinos y otros conocidos de la tierra que dejó. 

El viaje de Esther en el tren desde Polonia a Siberia también representa el propio viaje que realiza la niña durante sus años en la estepa, su casa, sus amigos, su maestra ha cambiado por el viento que cala los huesos, congela los dedos y la única manera de mantener la sonrisa en el rostro es a través de grasa animal esparcida por todo el cuerpo. Esther cambia a medida que asume el dolor, las incomodidades y la inseguridad que representa estar en un lugar desconocido, deja el orgullo, los miedos y se convierte en una mujercita, deja de ser la niña mimada que antes de partir solo deseaba llenar su maleta de vestidos y se esfuerza para aprender ruso en la escuela y trabaja duro para poder llevar leche a casa. Se hace humilde cada vez que es capaz de pedir ayuda, de ofrecer sus servicios o trabajar para conseguir unas botas y un abrigo y posteriormente darse cuenta que eso por lo que tanto soñó, en la Polonia devastada en donde la espera su padre luego de una larga separación, ya no vale. 

La estepa infinita es un libro de lectura fácil, una historia que envuelve y uno desea llegar luego al final, sin embargo, no es simplona; si uno la relee se da cuenta de la profundidad de los comentarios de cada uno de los personajes, de las transformaciones que surgen en ellos a partir del dolor y cómo se enfrentan a él apoyados en sus tradiciones y familia.

viernes, 5 de abril de 2013

Reseña: "Retrato de una dama" Henry James


"- ¿Crees que vas a ser feliz? Deberías saber que nadie es feliz en estos casos.

- Pues entonces seré yo la que instaure la moda. ¿Para qué se casa la gente?
- Solo Dios sabe para qué te casas tú. Por lo general, la gente se casa por lo mismo que se asocia: para fundar una casa. Pero en esta sociedad tú eres la que lo pone todo."


Este libro lo empecé a leer a finales de Diciembre, me decidí a leerlo por su portada y porque la edición que me regalaron me pareció preciosa, no digamos que era una edición fácil de transportar ya que su tapa dura y la cantidad de hojas del libro la hacían "poco transportable", así que disfrute leyéndolo en casa, en el sillón, en la cama, durante la espera de Juan Pablo.

Es una novela fácil de leer que a pesar de su extensión posee un lenguaje diáfano y cotidiano, quizás porque en un inicio fue publicada en diferentes entregas y finalmente editada como una en 1881. Al igual que muchas de las novelas de James se encuentra ambientada en Europa, el espacio físico es Gandercourt, casona inglesa de los tíos de Isabel y distintos lugares de Roma donde se trasladan a pasar los inviernos. El tiempo del relato abarca cerca de 7 años que transcurren en pleno siglo XIX.

Retrato de una dama es la historia de Isabel Archer, joven estadounidense que gracias a su tía es llevada a Inglaterra para que se instruya.  La sociedad inglesa le parece algo ajena, los códigos sociales impuestos por su tía, la vida de los Lord y como todos están acostumbrados al status quo le parece a lo menos abrumador. Sin embargo, se inserta en esta sociedad y se ve envuelta en un maquiavélico plan que la obliga a enfrentarse a sus propios miedos y decisiones.

El libro está cruzado por la constante lucha interna de la heroína, muchas veces no se sabe si sus acciones están cruzadas por el orgullo, la inocencia, la inexperiencia o todo es producto de un plan que finalmente termina jugándole en contra.

Isabel quiere conquistar el mundo, quiere vivir todas las experiencias posibles, quiere cultivar su intelecto y desarrollarse como mujer en medio de una sociedad que valora un papel de la mujer muy distinto a sus planes. En un principio, parece tener que conformarse a los nuevos horizontes que se le presentan en Inglaterra bajo la tutela de su tía, su primo Ralph y su tío. Pero, finalmente, tras la muerte de este hereda una fortuna que por lo visto le permitiría cumplir todos sus sueños de viajar por el mundo, toda su idea de libertad, limitada al poder hacer lo que siempre ha deseado.

El sueño de viajar por el mundo y vivir múltiples experiencias junto a la señorita Stackpole, lo abandona al aceptar casarse y es aquí cuando parece caer sobre ella la desgracia, no porque el casamiento en sí represente su ruina, más bien porque como lo enfrenta, ya que la falta de un fundamento sobrenatural en sus decisiones termina volviendo su vida en un listado de obligaciones por cumplir. Listado que no incluye ser feliz sino más bien lo que tanto detestaba a su llegada a Inglaterra: el aceptar y continuar con algo, simplemente por costumbre, sin una reflexión que avale sus actitudes.

Es un libro que atrapa, que identifica, que cuesta despegarse. También es un libro triste porque uno termina compadeciéndose de Isabel,  uno quisiera ayudarla: gritarle que se merece ser feliz, que muchas veces vale la pena reconocer que uno se equivocó y aunque muchas acciones no puedan revocarse si puede cambiar el modo en el que nos enfrentamos a ellas.

Me parece que es un buen libro para plantearse el tema de la libertad personal, qué es la libertad para cada uno de nosotros y qué significa esto en las decisiones que tomamos cada día... ¿la libertad es solo hacer lo que queremos? ¿somos más libres solo si vivimos más experiencias? ¿existe libertad en aferrarse a una decisión a pesar de saber que estamos errados?, también para cuestionar el tema de las apariencias ¿quién merece saber la verdad de nuestra vida? ¿en quién realmente vale la pena confiar? ¿quién quiere nuestro bien?. A través de las experiencias de Isabel podemos reflexionar nosotros, la historia va mucho más allá de los acontecimientos narrados, finalmente trata sobre libertad personal, amor, entrega,  responsabilidad y traición. Temas comunes para damas del siglo XIX, como para mujeres del siglo XXI.