Muchas veces he tenido un blog y lo he abandonado. Ya sea porque me aburrí de escribir en él, no tuve tiempo o simplemente pensé que ya no me acomodaba.

Hoy por diferentes razones decido abrir uno nuevamente, la principal razón es porque llevo un mes de casada y me encantaría rescatar y no olvidar todas las cosas buenas que hay en esta etapa a pesar de todos los enredos y problemas en que a veces puedo estar metida.

Otra razón, pero no por eso menos importante, es porque creo que las cosas que pasan tienen un "por qué" y siempre en el día hay algo bonito que rescatar. Quiero aprender a agarrarme de la vida pero de esas pequeñas cosas, que quizás a nadie más le importan pero pueden llenarme de alegría. 

Pueden pasar cuando quieran, no prometo ni entradas diarias, ni semanales, ni nada, solo una actualización constante sobre lo bonito que es comprometerse, con alguien, con la vida, con Dios y conmigo misma. Lo bonito de tener amigas, conocidas y una familia que te quiere y te acompaña. 

Esta entrada está dedicada a mi hermana, la Vale, una persona realmente loca pero maravillosa.